FAQ

Lo ideal son inclinaciones suaves, movimientos circulares de hombros, giros ligeros del cuerpo y caminar a un ritmo pausado. Todas estas acciones no requieren esfuerzo, pero si se realizan con regularidad, mejoran la movilidad.

El movimiento debe realizarse con cuidado: sin transiciones bruscas, a un ritmo que se adapte a tu bienestar. Es importante alternar pausas de actividad y descanso; incluso un minuto de descanso después de una serie de ejercicios suaves tiene un efecto positivo.

¡Sí! Las tareas del hogar son un gran recurso. Por ejemplo, al limpiar, puedes prestar atención a la posición de la espalda o las manos. Si lo haces conscientemente, incluso las tareas más sencillas se convierten en una práctica física suave.

Empieza con un ejercicio cada día: pueden ser estiramientos matutinos o una serie de ejercicios vespertinos. Añadiendo nuevos ejercicios gradualmente, consolidarás un hábito útil. Lo más importante es no apresurarse y practicarlo con regularidad.